sábado, 19 de diciembre de 2009

GARCÍA LORCA, LA HISTORIA ‘INTERESADA’*



Hace unos años fui testigo de la exhumación de los restos de Pedro Antonio de Alarcón en el madrileño cementerio de San Justo y su traslado al de Guadix. Con la perspectiva de los años, ahora me pregunto si aquello realmente mereció la pena, si aportó algo a la grandeza histórica del escritor. Aquel acto significó un momento de emoción, pero sólo eso. Más importante fue, y sigue siendo, conservar sus pertenencias y mantener vivo el legado de su obra. Llegar hasta los restos óseos de un mito es más la verificación de una prueba que un descubrimiento que ayude a engrandecer su figura. Si me apuran, hasta es posible que ocurra lo contrario. Los mitos, al fin y al cabo, son constructos humanos que nos sirven para mitigar angustias y encontrar respuestas a muchas de las cosas cotidianas que nos preocupan, es decir, provistos de ese componente existencial que les atribuyó el antropólogo Claude Lévi-Strauss, recientemente fallecido.
La excavación en busca de los restos de algunos fusilados de la guerra civil en el paraje de Alfacar, entre ellos los de Federico García Lorca, han concluido sin la aparición de restos humanos. ¿Era necesario hacerla?, probablemente sí, porque ese derecho no se le puede negar a nadie que tenga un desgarro en el sentimiento. No obstante, agotado este primer envite, sólo nos queda estar muy seguros de donde clavar la picota si es que hubiera próxima vez. No sabría decir si la recuperación de unos restos óseos reporta otro beneficio que no sea el de dignificar la memoria de quien fue mancillado y asesinado con vileza. Y esto, tal vez, sea suficiente.
Situados en esta reflexión, me asalta la duda de si quizá lo menos importante sea averiguar dónde se encuentran los restos de García Lorca y de los demás fusilados, aunque para un historiador se trate de un dato irrenunciable. Ni creo que sea bueno obsesionarse con una búsqueda  que sólo aspire a satisfacer curiosidades de vecindario. Aunque mucho me temo que el deseo no cumplido va a acrecentar la necesidad de búsqueda, disparándose la variedad de hipótesis por muy disparatadas que nos parezcan. Y advierto a los amantes de la especulación que, el día que se encuentren los restos del poeta, si llega el caso, sentirán el vacío que deje la curiosidad que ahora les invade. Quizá sería mejor dejar las cosas como están y concentrar las energías en redoblar esfuerzos para dignificar aún más todo aquel amplio paraje hasta le barranco de Viznar, que alberga no sólo a estos cinco o seis represaliados sino a los cientos que se vislumbra acogen aquellas tierras.
En la fosa más reputada, entre las miles que sembró la tragedia de la guerra civil en España, sólo se han encontrado tierra y rocas. La montaña de leyendas a que ha dado pie dicho paraje se ha derrumbado como un castillo de naipes. Mas así es la investigación histórica, que tras mover montañas de legajos en un archivo es probable que se encuentre, o no, el documento o el dato que se necesita para afianzar una hipótesis y reconstruir un argumento. Nadie que lo haya experimentado podrá decir que la investigación histórica es una tarea fácil. Y la búsqueda de restos en la tierra no va a ser menos.
La constatación de que no existen restos humanos en este paraje, señalado por algunos con atrevida certeza, viene a mostrarnos que entre lo mucho que se ha escrito sobre el poeta se han expresado pensamientos con demasiada ligereza intelectual y escaso rigor científico e histórico. Sobre el poeta ha caído en los últimos decenios una caterva de ‘historiadores’ aficionados que buscaban ofrecer el dato más espectacular o la idea de mayor impacto mediático. Son muchos los ‘opinadores’ acerca de la figura de Lorca y pocos los que han fundamentado lo que dicen.
En muchas de las obras publicadas sobre el poeta ha primado la suposición, la especulación o el argumento imaginado. Muchas de las fuentes utilizadas se han basado casi exclusivamente en informaciones orales, sin mucha base científica, y en ocasiones vivamente interesadas. Es por ello que algunos han asumido datos poco contrastados y opiniones que sonaban bien al oído, con más intención de rellenar páginas que escribir una rigurosa biografía sobre Lorca.
Nuestra joven democracia trajo consigo, entre otras cosas, una justificada avidez por recuperar personajes que el régimen franquista había exiliado, masacrado o eclipsado. Hubo quien se lanzó a escribir sobre Lorca, Machado, María Lejárraga y otras muchas mujeres arrinconadas en la historia. Bastantes de las incursiones en estas vidas se hicieron por parte de advenedizos ‘escribidores’, que se sumaron al fenómeno de biografiar a hombres y mujeres sin más base histórica que algunas notas sueltas de archivo, fuentes orales de dudosa credibilidad y unas ganas tremendas de alcanzar popularidad a costa de fantasear e inventar ‘historias’ de impacto en tales personajes históricos. Hasta el punto, diríamos, que probablemente muchas de esas biografías no serían capaces de aguantar un mínimo cotejo de su base histórica y documental.
Esta reconstrucción histórica de la figura de Lorca ha adolecido del concurso de los historiadores. La biografía sobre el poeta se ha visto resentida por la ausencia de un enfoque más historiográfico. Es por esta razón que algunas aseveraciones habidas sobre Lorca y sus circunstancias cabría ponerlas bajo la etiqueta de ‘susceptible de verificación’. El historiador que ejerce con honradez este oficio no proporciona más datos que aquellos que han sido corroborados por el mayor número de testimonios y han pasado por el tamiz de su comprobación, acaso siguiendo una de las enseñanzas del insigne historiador francés Marc Bloch en esa joya que es ‘Introducción a la historia’. Suposiciones y conjeturas difícilmente construyen la historia.
Se dice ahora, al hilo de la ausencia de los restos de García Lorca y sus compañeros de tragedia, que hay que reescribir la historia. Más bien habría que decir: reescribirla si se hubiera escrito antes. Porque es más que probable que la verdadera historia no se haya escrito aún, y sí: relatos imaginarios que quedan muy bien para foros de tertulianos.
La Historia es otra cosa, y se escribe con otro fundamento que nada tiene que ver con la pantomima.
 * Publicado en Ideal el 22/12/2009


viernes, 11 de diciembre de 2009

ÁNFORAS

Con este título, Goya Gutiérrez nos presenta un libro cargado de una poética con la vida como trasfondo, donde la palabra es protagonista en el tránsito que alcanza la vida y la muerte.

En la contraportada de Ánforas (Devenir, 2009) podemos leer: “Un viaje interior desde el "yo" al redescubrimiento del otro sujeto poético, el "tú"…. Un viaje que abre una puerta a la esperanza y a la celebración del mundo a través del canto a la creación y a la palabra poéticas”.
Ese viaje a muchas partes que se imbrica como una constante a lo largo de la obra en poemas De este rebelde olvido, Escribiendo lo que huye, De parada y destino imprevisibles… y, sobre todo, En el regreso.
Goya Gutiérrez busca regresar probablemente de ese viaje que la lleva al interior de las personas para redescubrir paisajes ya vividos, tiempos cargados de sensaciones, sueños que no acaban, dolor que no se olvida… todo para llegar a unos ojos:

“Y qué daría yo por llegar a esos ojos
bien ligera despojada de excesos y de metas
Y no dolerte seguir urdiendo hebras de vidrio
para tu ánfora cubierta de orificios”

Goya Gutiérrez me ha obsequiado con su poesía, y a mí me place poder compartirla con vosotros.

jueves, 26 de noviembre de 2009

DOS POETAS, DOS LIBROS: LA SED ADIESTRADA, ELIGE TU ÚLTIMO ANIVERSARIO

La noche del miércoles, veinticinco de noviembre, tuvimos ocasión de disfrutar en Granada con la poesía de Julio César Jiménez y Raúl Díaz Rosales.
La sed adiestrada (Las Palmas de Gran Canaria, 2009) y Elige tu último aniversario (Monosabio, 2008) son dos libros de poesía tocados por la fuerza y la calidad literaria de sus dos autores.
La presentación corrió al alimón entre los poetas Miguel Ángel Contreras y Juan Carlos Abril.
Pero vayamos por partes.

La sed adiestrada de Julio César Jiménez es un poemario de gran profundidad filosófica y un registro personal muy sólido. Y ello gracias a una voz lírica muy consolidada y a la eficacia conceptual que el poeta imprime a sus versos. La sed adiestrada es una obra que está dotada de una gran coherencia entre imaginario poético, estructura y lenguaje, ya que en ella todo fluye en los distintos tiempos del poemario.
Dice Raúl Díaz Rosales, en el prólogo de la obra de Julio César que “no es gratuita la presencia mayoritaria de pensadores (Schopenhauer, Goethe, John Stuart Mill…) como alter-egos en los que Julio César Jiménez va, paulatinamente construyéndose. Poemas densos, complejos, que no acepta más concesiones que a la profundidad de la disección humana, no podían ser otros los que prestaran argumentos para la reflexión en un extenso monólogo vital , de personajes históricos que prestan sus coordenadas al poeta”.
Julio César terminó sus lecturas, a petición de Miguel Ángel Contreras, leyendo el poema “José Luis Jiménez, a sus cincuenta y dos años, se sienta junto a su padre muerto”. El poeta evocó recuerdos de la muerte de un ser querido y yo sentí el escalofrío de una ausencia que alcanza ya un año.

Elige tu último aniversario de Raúl Díaz Rosales juega a deconstruir el lenguaje y la estructura poética. Las fechas marcan recuerdos y los recuerdos le retrotraen a la infancia. Vivencias de una memoria erosionada que se convierten en grietas que marcan la deconstrucción de la vida, del tiempo vivido, de la muerte… que concluye apoderándose de cada pálpito del poeta. Pero ahí están los veranos para redimir los recuerdos y alcanzar el sentimiento placebo que un tiempo donde “todo es fábula/ del tiempo en que pudimos ser felices,/ que un día podré escribir en un poema.”
La propuesta literaria de estos dos poetas ya ha tenido el reconocimiento de la crítica y de los lectores. Y La sed adiestrada, incluso, receptora del XVI Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, 2008.
Ahora tenemos la oportunidad de aproximarnos con ambos poemarios al universo literario que cada uno de los poetas nos proponen.
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martes, 24 de noviembre de 2009

JAVIER EGEA: DÉCIMO ANIVERSARIO DE SU MUERTE

Ni siquiera la muerte ni tus ojos.
Ni siquiera el amor.
No podemos saldar en un instante
la renta del dolor.


Hace poco más de un año le pedí prestado a Javier Egea este último verso de un poema contenido en Paseo de los Tristes, cuando buscaba título para mi novela La renta del dolor (RD Editores). Estoy convencido de que si hubiera estado entre nosotros me lo habría ofrecido con la generosidad que siempre le caracterizaba.
De Javier Egea, Quisquete como lo conocíamos, quedan en mi memoria algunos recuerdos entrañables. Personaje de becqueriana perilla con aire despistado y volátil, en una ocasión estuvo entre los invitados de un recital poético en el instituto del que yo, por aquel entonces, era profesor. Su intervención, en un salón de actos repleto de alumnos de Secundaria, fue fascinante. Desparpajo para comunicar con el auditorio no le faltó, gracejo para atraer a semejante público tampoco. La fuerza de sus poemas, propalados con una voz firme y segura –quién lo diría–, cautivó la atención de la mayoría de aquellos jóvenes. Se metió en el bolsillo con extrema facilidad a la inquieta concurrencia y los aplausos jalonaron las intervenciones del poeta, de estilizada figura negra. Al finalizar el acto, una gran ovación tronó con fruición en la caja de resonancia de aquel gran habitáculo de escasas condiciones acústicas.
Javier Egea triunfó ante una caterva de adolescentes gracias a sus versos y a su gran habilidad para comunicar. ¡Lástima que estuviera predispuesto más para los demás que para sí mismo!
La semana pasada se celebró en Granada el homenaje ‘Soledades eternas’ en recuerdo del poeta, organizado por el Ateneo de la ciudad, con motivo del décimo aniversario de su muerte. Lecturas poéticas, exposiciones, mesas redondas y el documental de Juan Vida han regado unos días de nostalgia.
Durante una semana, Javier Egea ha centrado la atención de todos nosotros. Pero lo que deseamos es que siga paseando por los Tristes aunque sea en una noche canalla y aunque no responda de él.
No sabemos si lo mató el capitalismo o simplemente los tiempos que corren, pero lo cierto es que se encontraba abrumadoramente incómodo en el mundo que lo rodeaba. Tal vez, Egea no estuvo dispuesto a claudicar ante un mundo que engulle y adormece voluntades e ideas no sólo de jóvenes o gente de la calle sino también de poetas, pensadores e intelectuales.
Al fin y al cabo, muchas cosas nos disgustan de estos tiempos tan injustos, mas pensamos que los combatiremos mejor vivos que muertos. ¿O es que quizá somos tan cobardes que no queremos desprendernos de nuestras comodidades cotidianas? ¿Es el suicidio de cobardes o de valientes?
En su recuerdo se han sucedido actos y palabras. No quisiéramos que nadie se apropiara de la memoria de Javier Egea, en una muestra espuria que desvela vanidad y debilidad humana. Javier Egea ya es patrimonio de Granada.
Un ruego si me lo permiten: saquemos al poeta de las guerras fratricidas que tan aficionadas son las capillas literarias de cualquier ciudad o país y pongamos su figura en valor a través de la difusión de su palabra.
* Retrato de Juan Vida.

sábado, 21 de noviembre de 2009

EL POLIZÓN DESNUDO

El polizón desnudo (El Gaviero Ediciones, 2009) es una obra miscelánea donde se mezcla el verso con la prosa, la poesía con el relato, en una indagación sobre la materia humana donde las preguntas son en sí la prueba de cómo la voz del poeta denuncia todo lo que huele a falsedad.
Anoche tuve ocasión de asistir a la presentación de este bello libro de la mano del poeta Miguel Ángel Contreras y de su autora, la poetisa almeriense Ana Tapia. Los miles de libros que poblaban las estanterías de la librería Picasso fueron testigos de la fuerza expresiva que encierra El polizón desnudo.
Esta especie de cuaderno de bitácora es una exploración antropológica de lo que es y representa el ser humano y los lugares que habita. Ana Tapia indaga, como intrépida antropóloga que es, a veces en tono de denuncia y otras sorprendida, por realidades distintas contenidas en la geografía humana cercana y remota, y en las ciudades que la rodean.
En esta exploración de antropóloga, la autora no sólo mira con visión crítica hacia lo más cercano sino también a lugares recónditos. A cualquier lugar que sea capaz de atrapar su sensibilidad y compromiso, sin que ello le impida volver la mirada a lo que está próximo.
Con esta obra, Ana viaja como polizón en las bodegas de la curiosidad por la historia y las realidades antropológicas del ser humano. Un recorrido que discurre entre los recuerdos de su niñez y las sensaciones que le provoca el mundo más cercano.
La lectura de poemas por parte de la autora, como ‘Crónica del desquite’ o ‘Apuntes sobre el corazón de Margaret Mead’, difundidos por los estantes de la librería estuvo acompasada por las interpretaciones musicales del grupo Morgana. Un excelente complemento a la brillantez del acto.
Seguramente muchos de nosotros nos sentiremos también como polizones en los múltiples viajes por la imaginación que su autora, en las páginas de este libro, nos propone.

martes, 17 de noviembre de 2009

NO TODO VALE

No es santo de mi devoción. Pero hay actitudes y conductas que me parecen intolerables.
Nuestro estatus de ciudadano no nos da derecho a increpar impunemente a un personaje político por muy desdeñable que nos parezca.
No comulgo ni ideológica ni personalmente con Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, pero las ofensas lanzadas por un joven hacia su persona en plena calle me parecen un ataque fuera de lugar e injustificado.
Lanzar una sarta de improperios y descalificaciones a una persona que sabemos por su imagen pública no nos va a responder es una cobardía. Actitud que se acrecienta cuando el propio presidente al requerirle una explicación por tales ofensas ve huir al individuo, eludiendo dar la cara.
Hace unos días el señor Camps tampoco estuvo muy acertado en el uso de la palabra en las Cortes autonómicas. Profirió una desafortunada frase dirigida al portavoz del PSPV, Ángel Luna: «A usted le encantaría coger una furgoneta, venirse de madrugada a mi casa y por la mañana aparecer yo boca abajo en una cuneta».
Estas palabras dichas en sede parlamentaria quizás tengan, si cabe, mayor gravedad, precisamente por el lugar donde fueron proferidas. Aunque estamos acostumbrados a escuchar las peores acusaciones, descalificaciones e improperios en sede parlamentaria (nacional o autonómica), no dudo que ese lugar, donde reside la soberanía popular, debería ser ejemplo de convivencia y respeto para los ciudadanos.
Quizás la clase política se esté extralimitando en sus declaraciones y sirva de nefasto ejemplo a la ciudadanía. Y acaso por ello, algún ciudadano por mimetismo sea capaz de lanzarse con la misma impunidad que advierte en los parlamentarios a decir ‘ladrón’, ‘desgraciado’ y ‘corrupto’ al mismísimo presidente de la Comunidad Valenciana.
En absoluto justifico tales palabras, pero mejor haría la clase política muchas veces en reparar en las que ella misma pronuncia. Y digo más: debería saber que a través de sus actitudes, conductas y declaraciones sirve de ejemplo a los ciudadanos.Y en semejantes circunstancias, el señor Camps ciertamente no es el mejor ejemplo.
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Enlace para ver el video:

miércoles, 4 de noviembre de 2009

CENTENARIOS: AYALA Y LÉVI-STRAUSS

“Hoy me voy a morir”, cuentan que dijo Francisco Ayala, a poco de lavantarse, el día de su muerte.
A mediodía del día 3 de noviembre nos llegaba la noticia de la muerte de Francisco Ayala. Por la tarde conocíamos que Claude Lévi-Strauss había muerto también, dos días antes. A ambos les une una muerte centenaria: Ayala con 103 años, Lévi-Strauss con 100. Pero a los dos les une también haber sido testigos del siglo XX y observado la realidad con ojos escudriñadores y mirada sagaz y reflexiva.
Con Ayala recapacitamos los hechos del siglo XX. Con Lévi-Strauss descubrimos nuestros comportamientos y los secretos de nuestra conducta social.
El escritor granadino, asido a una ‘cabeza de cordero’, nos desveló secretos de una guerra fratricida. Con el antropólogo y etnólogo francés las tribus olvidadas por la ‘civilización’ –los bororo, los nambikwara y los tupi-kawahib– nos enseñaron quiénes somos realmente.
Con Ayala amamos la literatura, el pensamiento y la creación literaria, trasladándonos hasta ese ‘jardín de las delicias’ que todos llevamos en nuestros adentros.
Con Lévi-Strauss se me agolpan los recuerdos de estudiante perdido en textos indescifrables que me abrían los ojos a una realidad ocultada por los convencionalismos. A los que nuestra formación se ha gestado en el ámbito de las ciencias sociales el enfoque estructuralista nos descubrió formas de analizar e interpretar la realidad remota y actual.
De los dos nos quedará su obra, y con ella sentiremos que estarán muy cerca.
El siglo XX tuvo el honor de tenerlos, el siglo XXI los echará de menos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

LA BARBARIE QUE NO CESA

Hace unos días un periódico, para referirse a la muerte por inanición de un caballo, titulaba la noticia así: ‘La crisis mata de hambre’. ¡Cómo va a matar la crisis!
Cualquier eufemismo es bueno para ocultar la crueldad del ser humano.
El caballo que debería pesar unos 600 kilos, pesaba 150 cuando fue rescatado. Esta noticia no es más que el botón de muestra de los miles de animales que se abandonan en España. Algunos muestran la crueldad con que han sido tratados: equinos con la cabeza cortada para sacarles el chip o abandonados en cuadras aisladas sin que nadie los pueda atender.
¿Y qué me decís de los galgos que son ahorcados cuando los años merman su olfato cazador, sin que ni siquiera su verdugo sea capaz de gastar una bala para acortar su agonía como gesto de agradecimiento por los servicios prestados?
Ahora me sorprende otra noticia del estilo: “una docena de jóvenes de Torreorgaz (Cáceres) han matado a una burra torturándola, insertándole un palo en el recto hasta reventarla… La burra se encontraba atada a una soga en la estación de autobús de la localidad, situada justo a la entrada del municipio. Ha muerto a los pocos minutos de ser localizada”.
Hace unos meses tuve la oportunidad de visitar la provincia de Cáceres (mayo, 2009), me llevó hasta allí un tema de educación: ‘La educación a lo largo de la vida’. Me fascinó la belleza serena de aquellas tierras, la perfecta simbiosis que se ha alcanzado entre historia y modernidad en estas tierras. Y los esfuerzos de sus gentes porque se proyecte como tierra de profundas raíces culturales, al tiempo que instalada en las exigencias de su tiempo.
Esta noticia del animal torturado, me ha impactado. Las edades de los verdugos mucho más.
En Cáceres hablamos de educación. Pero de educación dirigida a toda la sociedad, a todos los tramos del desarrollo humano, en ese ‘continuum’ a lo largo de toda la vida de una persona. Un desarrollo personal en el que el aprendizaje no conoce límites. Y la formación moral y ética, tampoco.
Al parecer se trata de un grupo de jóvenes ‘quintos’ los que han perpetrado la barbarie. Curioso, cuando el servicio militar obligatorio se abolió hace años. Pero en pequeñas poblaciones de España se sigue la tradición de celebrar lo de ‘los quintos’. Lamentablemente, acudiendo a gamberradas como forma de diversión. Si bien, esta tortura animal pasa el umbral de la gamberrada para convertirse no sólo en un acto de crueldad sino en un delito.
No voy a calificar los hechos, ni a realizar una reflexión acerca de ellos. La palabra es vuestra. Ya me habéis leído en este blog referirme a casos parecidos.
Si lo ocurrido es un delito, que la Justicia actúe en consecuencia.

domingo, 25 de octubre de 2009

JUAN NEGRÍN Y MATILDE CANTOS: ¡POR FIN SE LES HIZO JUSTICIA!

¡Y para 34 militantes socialistas más!
Matilde admiró siempre a Juan Negrín: “Llegó febrero del 39 y entonces fue cuando pude admirar a Negrín como médico, como humanista y como hombre valiente”. Era el momento de la derrota en la guerra civil y había que fajarse en la ayuda de los exiliados.
El pasado sábado, 24 de octubre, se reparó una injusticia. En 1946 los dirigentes del PSOE expulsaban a 36 militantes socialistas, encabezados por el que había sido hasta ese momento el presidente del Gobierno de la República: Juan Negrín. Entre ellos se contaba Matilde Cantos Fernández, de la que nos ocupamos en su biografía: Matilde Cantos, el compromiso social.
Han tenido que pasar 63 años para que aquel acto de soberbia y mezquindad de los dirigentes socialistas de entonces, con Indalecio Prieto como principal valedor, haya sido reparado con el reingreso de quienes siguieron enarbolando la bandera socialista tanto en el exilio como en España, los menos, tras el retorno de la democracia.
El acto estuvo plagado de la emoción y el recuerdo hacia los 36 homenajeados. Y los descendientes de estos expulsados recogieron el carné de militante como símbolo de la reparación de una injusticia que nunca se debió producirse.
Allí estuvimos representando la memoria de Matilde Cantos, y allí nos sentimos orgullosos de que las palabras que sonaron en boca de Alfonso Guerra y Leire Pajín hablaran de la ‘injusticia’ que se cometió y que expresaran sentimientos de ‘reparación y rectificación’. “El PSOE se equivocó”, dijo Guerra.
Y bien que se equivocó, sometiendo a semejante escarnio a unos militantes socialistas comprometidos con la democracia, que lucharon desde las filas del PSOE contra el fascismo, aun a riesgo de sus vidas.

Estos son los otros 34 compañeros y amigos de Matilde Cantos:
Ramón Lamoneda, Julio Álvarez del Vayo, Ramón González Peña, Jerónimo Bugueda Muñoz, Juan Simeón Vidarte, Julia Álvarez Resano, Matilde de la Torre, Edmundo Lorenzo, Antonio Pasagili Lobo, Ángel Galarza Lago, Vicente Ruiz Sarmiento, Mariano Moreno Mateo, Miguel Amilibia, Nicolás Jiménez Molina, Veneranda Manzano, Ardían García Anfreu, Leandro Pizarro González, José Rodríguez Vega, Antonio Huerta, Gabriel Morón Díaz, Vidal Rébora, Suárez Guillén, Carlos Abad López, José Moreno Remacha, César Rodríguez González, Amaro del Rosal, Modesto Moyro, Juan Bautista Alvarado, Saturnino Gimeno, Max Aub, Juan Pablo García, Jesús Ibáñez Rodríguez, Jesús Vallina González y Felipe García Álvaro.

Su memoria, al fin, ha sido honrada. De ello fueron testigos sus descendientes y el numeroso público que asistió al acto.

sábado, 17 de octubre de 2009

LA NECESARIA MADUREZ

Para abordar cualquier actividad compleja se necesita, al menos, madurez, habilidad y conocimiento.
En el reino animal todas las especies tienen sus tiempos para afrontar los retos que les presenta la naturaleza. Los humanos podemos alterar esos tiempos, porque nuestro proceso madurativo, aunque más lento, es mucho más complejo. No obstante, aunque dispongamos de algunas facultades que nos diferencian de los animales, no podemos tampoco eludir la necesidad de estar preparados fisiológica e intelectualmente para afrontar un reto.
En estos días vivimos el posible ascenso de Jean Sarkozy, hijo del presidente de Francia, que con sólo 23 años podría convertirse en el presidente del EPAD, un organismo público que administra La Défense, uno de los mayores distritos de negocios de Europa.
La sombra del nepotismo planea sobre esta decisión de Nicolás Sarkozy.
Pero ahora no me interesa tanto esta práctica de favoritismo como la sorpresa que me ha producido la edad del candidato. Porque si fuera para jugar al fútbol diríamos que está en la edad perfecta.
No conozco las capacidades de este muchacho. Quizá sea un superdotado, con una consagrada experiencia en este ámbito de la actividad económica y unas dotes de gestión innatas. Pero me sorprende que ni siquiera haya concluido sus estudios de Derecho. No por los estudios, ni por el Derecho, sino porque es una persona que se presupone a medio hacer. A lo mejor para vender palomitas a la entrada de un cine no le hace falta el Derecho o lo que estudie, pero para desenvolverse en ámbitos profesionales exigentes la formación de la persona es fundamental. Salvo que el chico se hubiera saltado la adolescencia, como etapa de desarrollo humano, y desde los doce años hubiera estado trabajando duro en altas responsabilidades.
¡Amigos, qué está cursando segundo año de Derecho! Y ya desde junio de 2008 es consejero general por Neuilly sur Seine, adinerado distrito del oeste de París.
¡Por favor, señor Sarkozy no me toque las pelotas! Y perdón por la expresión.
Con esto quizás intente prestar veracidad a aquel slogan, que por ciento venía también de Francia, de hace unos años –mediados de los noventa– en aquella campaña publicitaria del Renault Clio, y que asumimos como dogma: JASP (jóvenes, aunque sobradamente preparados). Con ella se sintetizaba una idea que estaba circulando desde hacía tiempo por las arterias que riegan las mentalidades de una sociedad: el valor de ser joven y el grado de inviolabilidad que se le atribuía.
Y ahí se posaron algunos polvos que nos han traído lodos incómodos: desmanes del botellón, poco interés y relajación en los estudios, actitudes irrespetuosas…
La necesaria madurez para abordar cualquier responsabilidad no se puede obviar alegremente. Ni con eslóganes ni si ellos. A los 23 años habitualmente uno ‘está por hacer’, necesita todavía algunos hervores y esto no es ningún impedimento para coartar aspiraciones de nadie. Sino la constatación de muchas realidades que observados cada día a nuestro alrededor.
Lo peor es que este discurso fácil se lo hemos hecho creer a los jóvenes, distorsionando la realidad que viven. Les hemos transmitido la idea de que por el mero hecho ser ‘sólo jóvenes’ lo tienen que tener todo. Y no les hemos dicho que para alcanzar un objetivo hay que trabajar y formarse. En todo este discurso, seguro que subyacen mezquinos intereses espurios que viene de la publicidad, del fomento de prácticas consumistas o de las debilidades políticas cuando desde ésta se propalan ideas equivocadas a los jóvenes.
¿Han observado como cuando hay una comparecencia pública de tinte ‘mitinero’ de un líder político le colocan un fondo de escritorio casi siempre plagado de jóvenes?
¿Y no han visto con qué facilidad algunos jóvenes acceden a cargos de responsabilidad política, como si la etiqueta de joven fuera suficiente?
La necesaria madurez se está obviando. Y no es que aquí queramos poner una barrera infranqueable a los jóvenes por el hecho de serlo, pero los logros tienen que llegar cuando están precedidos de una carrera abundada en esfuerzo y preparación. El valor de la experiencia no es tanto que te sucedan muchas cosas, o que hayas vivido mucho, sino que esas vivencias te ayuden para guiar los pasos y las decisiones que se habrán de tomar.
En nuestra sociedad ya no hay ‘consejos de ancianos’ como en sociedades primitivas. Tal vez porque no sean necesarios, ya que el conocimiento y las tradiciones no dependen del tiempo vivido, pero de ahí a que sean relegados porque está de moda el valor de ser joven me parece una abominación social que algún día habremos de corregir.
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* Esta entrada, ampliada, ha sido publicada en Ideal el 24-10-2009.

domingo, 11 de octubre de 2009

¿CON OBAMA SE DEVALÚA EL NOBEL DE LA PAZ?

Quizá haya sido demasiado pronto. Acaso cuando pasen unos años se torne en una concesión inmerecida. Pero en el aquí y el ahora hay razones para considerar que ha sido una decisión acertada.
Personalmente me gusta reconocer los méritos de los demás cuando el trabajo ha concluido y se ha demostrado competencia y merecimiento.
Hay mucha gente que emplea gran parte de su vida en trabajar en pro de los valores de la paz y la defensa de los derechos humanos en el mundo. Y nunca les llega otro reconocimiento que no sea el de la satisfacción personal y la sonrisa de quien les rodea.
El premio Nobel de la Paz se le ha concedido a grandes personalidades, a jefes de gobierno o a organizaciones internacionales. Aunque también a personas con poco nombre pero con mucho trabajo a sus espaldas en la defensa de los derechos humanos. Rigoberta Menchú, Wangari Maathai, Shirin Ebadi, Carlos Felipe Ximenes Belo… sirvan como ejemplo de ello.
Esta vez le ha llegado a la persona que probablemente tenga en este momento la mayor proyección mundial: Barack Obama, el presidente de EEUU.
Y como no podía ser de otra manera, tratándose de quien es, la noticia ha provocado una tormenta mundial de comentarios. Obviamente, unos a favor y otros en contra.
La realidad de nuestros días impone una acuciante necesidad de que la luz ilumine tantas tinieblas como se ciernen sobre nuestro mundo.
Supongo que reconocerán conmigo que el ascenso de Obama a la Presidencia de los EEUU despertó, y lo sigue haciendo, unas expectativas que este mundo necesitaba tras la era oscura de su antecesor.
Después de todo, este ascenso al poder de la primera potencia mundial significó un respiro para el resto del mundo, pero también una excusa para asirnos a la esperanza de alcanzar un mundo mejor.
No sabemos hasta dónde llegará la bienintencionada política de Obama. Hasta el momento hemos visto su interés por extender el derecho a la sanidad en su país a toda la población. Así como cuestionar las desmedidas ambiciones de los altos ejecutivos de empresas, apostar por el diálogo con el mundo musulmán, mostrar cierta sensibilidad ante las emisiones contaminantes que están acelerando el cambio climático…
En lo que le queda de mandato no sabemos si persistirá en su empeño o, tal vez, sencillamente no lo dejarán: bien los que ostentan el poder del dinero o, por el contrario, algún ‘lunático’ de esos que siempre andan sueltos. Está lanzado ‘peligrosas’ ideas en un país que ya ha segado la vida de quien pretendía romper patrones sociales o cambiar excesivamente el modo de vida americano.
Este premio, ¿acaso vendrá a animar a Obama para que continúe en la línea que hasta ahora ha mostrado?
Así es como quiero entender esta concesión del Nobel de la Paz.
Este premio es el ‘nobel’ a la esperanza, que es casi el único patrimonio que le queda a toda la humanidad.

jueves, 1 de octubre de 2009

MI ADHESIÓN A LA PLATAFORMA 'PRO-ANCHA DEL CARMEN'

La Cultura puede ser mancillada de muchas maneras. Una de ellas consiste en aniquilar los órganos de expresión que la promueven.
Hace unas semanas tuve conocimiento de una de estos atropellos. En Málaga, su Ayuntamiento ponía fin a la publicación de una colección de poesía ‘Ancha del Carmen’.
Un grupo de poetas y escritores, agrupados en el denominado Grupo Málaga, crearon la Plataforma “Pro-Ancha del Carmen”. Forman parte de este grupo Carlos Benítez Villodres, José García Pérez, Antonio García Velasco, Francisco Morales Lomas, Antonio J. Quesada y José Sarria.

Dejemos que sean ellos los que manifiesten se sentir: “La supresión de la colección de poesía “Ancha del Carmen” como decisión objetivamente injustificada e injustificable del Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Don Miguel Briones, así como la ratificación de la misma por parte de los concejales del PP en el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Málaga celebrado el día 25 de junio de 2009, supone, desde nuestro punto de vista, un golpe a la Cultura en general y a la Poesía en particular. Condenamos el hecho y reclamamos la restauración de “Ancha del Carmen”.

El pasado día 2 de septiembre me adherí a esta plataforma a través de un correo electrónico. Les decía así:
“Queridos compañeros de la Revista Digital de Literatura y Crítica Literaria:
Con este correo quiero manifestar mi apoyo a la Plataforma ‘Pro-Ancha del Carmen’ en su encomiable tarea porque se mantenga viva la colección de poesía ‘Ancha del Carmen’.
La acción emprendida por el Ayuntamiento de Málaga de suprimir la colección, centrada en su concejal de Cultura, hay que considerarla con toda rotundidad como un auténtico atropello a la Cultura.
Mi adhesión incondicional. Un abrazo.”

En el siguiente enlace podéis ver la referencia que hacen a esta adhesión, al tiempo que os da la oportunidad de conocer algo más sobre la Plataforma “Pro-Ancha del Carmen” y la revista digital de Literatura y Crítica Literaria Papel Literario Digital:
http://www.darrax.es/typo1/index.php?id=269&tx_ttnews%5btt_news%5d=3403&tx_ttnews%5bbackPid%5d=958&cHash=35d239068b

sábado, 26 de septiembre de 2009

AHORA O NUNCA


¿Asistimos a una nueva era en la política mundial?
¿El poder político, al menos en el mundo occidental, parece dispuesto a meter en cintura al poder económico y financiero?
Ahora o nunca. Esta época de crisis que vivimos quizá sea un tiempo propicio para ello. Es el momento que ha de aprovechar el poder político, si es que realmente éste es su deseo, para dar el vuelco a un sistema económico que si no se remedia acabará por destruir el planeta y, por descontado, a quien lo habita.
Ahora o nunca. Si no se consigue ahora, es más que probable que en todo el siglo XXI no se libere el lastre que suponen los envites de un sistema económico dispuesto a seguir arremetiendo contra quien sea, sin reparar en sus consecuencias.
Hay retos en el siglo XXI en los que se ventila el futuro de la humanidad: emisión de gases a la atmósfera, cambio climático, escasez de recursos, pobreza, hambre… Retos que será imposible acometer si los poderes políticos no se liberan de la dependencia observada respecto de los poderes económicos. Si éstos no dejan de tener ese poder omnímodo que les caracteriza.
La crisis económica ha removido al poder político mundial menos connivente con el poder económico y más comprometido con la población en general. Un poder político que está dispuesto a poner controles en el desbocado mundo de los desmanes económicos y financieros.
En esa línea se ha trabajado en la cumbre del G-20 en Pittsburg (EEUU).
Pero una cosa es el deseo y otra la realidad. Mucho me temo que la iniciativa de estos poderes políticos no cuenta con la anuencia en todos los países. En algunos de economía emergente, cada vez con más peso en la esfera internacional, el poder político se confunde con el poder económico. China es un ejemplo de ello. Países en los que el desarrollo económico desenfrenado es una prioridad de Estado. Planteamiento que también comparten otros países del mundo occidental, como rémora de los que significó la era Bush.
La realidad nos desvela que el poder político, o bien está en connivencia con el poder económico, o bien uno y otro son el mismo.
No obstante, bienvenido este cambio de estrategia en la política mundial en la que el poder político pretende, aunque tímidamente, meter en cintura al poder económico.
Ahora o nunca. Necesitamos un poder político fuerte e independiente para dar pasos en la resolución de los problemas que afectan al mundo.
Al fin y al cabo, en una sociedad democrática, nosotros tenemos un margen de maniobra para influir en el poder político. En el económico, con la esfera de privacidad en que se aposenta, nuestras posibilidades se reducen a cero. Y desde esa atalaya, ellos, los magnates de la economía de la globalización, sí son capaces de controlarnos a nosotros.

jueves, 17 de septiembre de 2009

DEJA AQUÍ LA ESPERANZA


No quisiera que la vorágine que nos envuelve ahogara la esperanza. El mundo está dando sobradas pruebas de que para muchos no hay esperanza.
El universo más íntimo a veces se inunda de desesperación, ahogo y desaliento.
No quiero que la turbulencia que nos acorrala estrangule la esperanza. Hay realidades que no volverán pero hay recuerdos que nunca se irán.
Perdonad que se me haya adelantado la nostalgia.
Queridos seguidores de este blog, deseo… quiero compartir con vosotros y con vosotras este poema, ‘Deja aquí la esperanza’, de Juan Carlos Abril recogido en su libro Crisis (Pretextos, 2007).

Una vereda donde brotan hierbas
– ¿una serpiente que ha silbado
sólo dentro de mí? –

arrastra un eco insoportable…
Se perderá hacia allá, señalas,
con el mundo que la ha creado

en participio fértil – impregnándose
por contaminación – o falsa analogía:
no admite explicaciones; no deriva el olvido,

pero nadie pronunciará tu nombre.

lunes, 31 de agosto de 2009

70 ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA II GUERRA MUNDIAL

El primero de septiembre se cumple el 70 aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Justo ese día del año 1939, a las 4,45 horas, el acorazado alemán Schleswig-Holstein disparó en Polonia los primeros cañonazos en la base polaca de Westerplatte, cerca de Gdansk. Se daba así el pistoletazo de salida a una de las mayores tragedias de la humanidad. Una contienda que se cobró la vida de unos 50 millones de personas, entre ellos, cerca de seis millones de polacos.
Hoy esta segunda gran guerra del siglo XX es sinónimo de destrucción, horror y muerte generalizadas. Ciudades destruidas, campos arrasados, vidas destrozadas… Espeluzna ver las imágenes de las sombras esqueléticas de miles y miles de personas amontonadas sobre carrillos de mano, carretas o amplias fosas, movidos en muchos casos, como si fueran montones de arena, por máquinas excavadoras, para comprender el horror que se vivió.
La capacidad destructora del hombre se puso de manifiesto y llegó a sus máximas consecuencias no solo con el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, sino en otros órdenes de la vida hasta alcanzar la máxima depravación moral y ética.
Sin embargo, no vamos a seguir relatando los horrores de la guerra. Existen multitud de manuales que nos detallan cualquier análisis o dato que nos interese. Vamos a detenernos en lo que vino después de ella.
Y lo que vino, a mi juicio, fue un mundo igual o peor al que existía antes de ella. Es posible que esta afirmación resulte un poco chocante cuando se han dado pasos tan importantes para preservar los derechos humanos o cuando vivimos en la sociedad del bienestar, las comodidades y el desarrollo. Pero no me dirán que lo antedicho resulta ser un espejismo que encubre una realidad más cruda para tres cuartas partes de la humanidad.
Detrás de la gran guerra debería haber llegado un periodo de sensatez y cordura en la convivencia mundial. Y esfuerzos no faltaron: creación de organismos internacionales, con la ONU como principal referencia. Pero el mundo después de la II Guerra Mundial no se convirtió en un espacio mejor de convivencia y de paz, a pesar del impulso dado por alcanzar una mayor concienciación de la población mundial a favor de la paz.
Después de la gran guerra no ha existido un solo minuto de paz en nuestro planeta. Lejos de producirse un choque de civilizaciones, como defiende la falaz tesis de Samuel Huntington, lo que sigue habiendo detrás de cada conflicto son los mismos intereses económicos, políticos y geoestratégicos que han primado en la historia de la humanidad. La segunda gran guerra supuso una hecatombe mundial, pero las enseñanzas que se sacaron, que fueron muchas, no se han aplicado como debieran.
No estoy tan seguro de que el mundo que heredamos tras esta contienda fuera un mundo mejor. Quizás no tuviera los mismos defectos que afloraron antes del estallido bélico, pero existen otros que lo han hecho un espacio bastante inhóspito (de hospitalidad, quiero decir) para el ser humano.
En la época histórica de mayor progreso económico, los niveles de pobreza no solo no han disminuido sino que se han incrementado. La pobreza no solo no ha reducido el territorio afectado sino que se ha extendido por más rincones del planeta. La tensión y los conflictos no se han contraído, más bien se han incrementado y diseminado por todos los territorios.
Las zonas privilegiadas del planeta (zonas desarrolladas, me refiero) quizás hayan quedado fuera de los conflictos bélicos, con sus excepciones (conflicto de Yugoslavia), pero el resto del mundo no se ha librado de la lacra de la violencia. Todos los continentes han tenido conflictos bélicos al menos en los últimos treinta años.
Haber cumplido 70 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial debe movernos a la reflexión no a la conmemoración. Recordar que se cumplen siete décadas del inicio de una guerra que horrorizó al mundo debe servirnos para aprender una lección que en estos setenta años creo que no hemos hecho nuestra.
Debemos mantener intacta la capacidad de horrorizarnos como medio para no consentir las decisiones arbitrarias y en contra de los derechos humanos que a diario adoptan los gobiernos de todo el mundo. Y que se salve el que pueda.
Podría haber hablado de lo que la humanidad ha progresado en todos los sentidos desde la guerra, pero hay tanto dolor y tanta injusticia repartida por el mundo que no podemos instalarnos solo en la complacencia de lo bien que estamos o vivimos en nuestra sociedad de privilegios.
Acaso derivando el comentario en este sentido pueda uno mantener la conciencia activa.
.
(Este artículo, más ampliado, ha sido publicado en el diario IDEAL de Granada el 5 de septiembre de 2009)

sábado, 22 de agosto de 2009

NO TODO ESTÁ BAJO EL DICTADO DE LAS LEYES NATURALES

Todavía existen lugares en la Tierra donde las leyes naturales dictan su inexorable sentencia. Incluso para el hombre.
Recuerdo los documentales sobre el Serengeti o Masai Mara que, entre sus enseñanzas, nos mostraban una de las leyes naturales: los animales más débiles caen con más facilidad presa de los depredadores.
Una fractura en la pata del ñu o de la gacela thompson era sinónimo de muerte. La implacable ley de la naturaleza terminaba poniendo al desdichado animal bajo las garras y los colmillos de algún depredador.
En las últimas semanas hemos asistido a los preparativos del frustrado rescate del alpinista Óscar Pérez, anclado a 6.300 metros de altitud en el Latok II del Karakorum pakistaní. Óscar sufrió una caída fracturándose una pierna y una muñeca.
La naturaleza aquí tampoco perdona, aunque se trate de un ser humano. De nada han valido los esfuerzos de sus compañeros alpinistas del Club Peña Guara. Las condiciones meteorológicas de estos adversos y al tiempo maravillosos espacios naturales han dictado sentencia.
La historia de Óscar es la de un ‘robinson crusoe’. El individuo frente a la naturaleza, pero distinto. En la isla, el náufrago se servía de la naturaleza para sobrevivir en un medio benévolo. Lo único que le atormentaba era la soledad y la falta de vida social. A 6.300 metros de altura y con la atmosfera revuelta, la naturaleza concede escasas oportunidades, por no decir ninguna, a un individuo mermado físicamente.
Crusoe albergó la esperanza de que algún barco fondeara en su isla. Óscar seguro que ha mantenido la esperanza de escuchar el zumbido de la hélice de un helicóptero.
No quiero imaginar si quiera que sus pensamientos se atormentaran con la idea de que estaba sentenciado a muerte en la repisa de una pared montañosa en la soledad más absoluta.
Nadie ha podido hacer nada por él, a pesar de los encomiables esfuerzos de mucha gente.
Pero hay otras situaciones donde sí se puede hacer mucho por una persona. Este episodio me ha recordado aquella impactante imagen del niño desnutrido paralizado por el hambre que en cuclillas sobre la tierra árida y polvorienta de un paisaje africano esperaba la muerte con un buitre al acecho. Se moría como habrá muerto Óscar, pero al contrario de la imposibilidad del rescate de éste, a ese niño se le podía haber rescatado de las garras de la muerte. Él, como otros muchos, sí podría haber tenido una oportunidad.
La muerte acecha en la naturaleza, pero no hasta el extremo de dejar que alguien que está a nuestro alcance muera de hambre. Aquí ya no tiene cabida la ley natural.
No todo está bajo el dictado de las leyes naturales como algunos nos quieren hacer creer. Como tampoco es irremisible que cientos de personas mueran en una guerra.

jueves, 6 de agosto de 2009

DELFINA ACOSTA RESEÑA LA BIOGRAFIA DE MATILDE CANTOS EN ‘ABC COLOR’ (PARAGUAY)


La prestigiosa poeta, narradora y periodista, Delfina Acosta, ha publicado una reseña de la biografía de Matilde Cantos Fernández, Matilde Cantos, el compromiso social, en ABC Color de Paraguay.
El diario ABC Color fue fundado el 8 de agosto de 1967 y con él se abría la época contemporánea del periodismo en Paraguay. Es un periódico que nació con vocación de defender la libertad. Y por este motivo, encontró momentos difíciles en su trayectoria hasta el punto de sufrir persecución algunos de sus periodistas y ser clausurado durante cinco años (1884-1989).

Esta irrenunciable vocación de defensa de la libertad de expresión y sus esfuerzos por acompañar a los sectores sociales que buscaban la modernización del país le acarreó un continuo enfrentamiento con la dictadura del general Stroessner. El periódico fue calumniado, hostigado, perseguido y, posteriormente, clausurado el 22 de marzo de 1984. Hasta que el 22 de marzo de 1989 reinició su edición.
Delfina Acosta es una creadora nacida en Asunción, aunque como ella misma nos dice en su blog (http://delfinaacosta.blogspot.com/) su infancia y su juventud pertenecen a Villeta, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Aunque química-farmacéutica de profesión, se ha dedicado a la creación literaria desde muy joven. Recomiendo una detenida visita a su blog para conocer mejor su biografía y su obra.
Delfina es columnista de ABC Color, donde hace comentarios literarios sobre los escritos de poetas y narradores en el Suplemento Cultural. Actualmente dirige el Taller de Poesía de la Universidad Iberoamericana.
Es una satisfacción comprobar que la figura de Matilde Cantos también será conocida por la sociedad paraguaya gracias al interés y al buen hacer periodístico de Delfina.
Para quienes estéis interesados, el enlace de la reseña que Delfina Acosta publicó el 17 de julio de 2009 en ABC Color, bajo el título "Matilde Cantos, el compromiso social", es el siguiente:

http://www.abc.com.py/abc/nota/4503-Matilde-Cantos,-el-compromiso-social/

lunes, 3 de agosto de 2009

UNA DE PIRATAS


Quizá ahora que la canícula se está ensañando con nosotros sea el momento para recordar historias del mar. De esas que España sabe bastante, no en vano cuenta con más de tres mil kilómetros de costas y otrora dominó los mares.
En la época de ese esplendor marítimo, allá por los siglos XVI y XVII, España mantenía un lucrativo comercio con las Indias. De ese negocio, Inglaterra y otros países reclamaron su parte, aunque la primera se significara por sus malas artes. Isabel I de Inglaterra, la reina virgen, y sus secuaces, representados en el pirata Drake, se ocuparon de ello.
La piratería fue rapiñando todo lo que pudo del gran volumen de riqueza que viajaba de América a España. Y es que cuando hay algo donde echar mano allí que apremia sus pasos todo ‘quisqui’, y no digamos todo quinqui.
Desarrapado, con smoking, guante blanco o parche en el ojo. Da igual.
Por tierra, por tierra o por aire. Da igual.
El caso es que acuden como moscas a la golosa miel.
Durante siglos España tuvo que soportar la piratería que hostigó y abordó los barcos españoles. Los que no fueron robados, se hundieron, y pocos llegaron indemnes porque, en su caso, algún tributo habrían pagado para concluir una feliz travesía.
Hade dos años la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration, indagó en las costas del Algarve en busca del hundido buque de guerra Nuestra Señora de las Mercedes, que transportaba un cargamento de más de quinientas mil monedas de oro. Este buque había zarpado de las costas del virreinato del Perú y el 5 de octubre de 1804 fue hundido por barcos ingleses.
Entretanto se producía un río de reclamaciones y polémicas en torno a su propiedad, y las hemerotecas pueden dar fe de que llovieron los pretendientes, entre ellos, el Estado español, el tesoro se rescató y el Odyssey lo puso rumbo a EEUU.
¿Ha perpetrado el Odyssey un acto de piratería?
¿Qué les parece si en ese momento nuestras autoridades marítimas hubieran abordado el Odyssey y lo hubiesen dirigido a un puerto español, en vez de dejarlo escapar a EEUU?
¿Habríamos quebrantado, en tal caso, la legalidad que respalda el tránsito por aguas internacionales y nos habríamos convertido asimismo en piratas del siglo XXI?
¿O quizás sólo se hubiera tratado de una cuestión interpretativa acerca de la jurisdicción en la que se encontraba el tesoro, de quién era su propiedad o si el barco era un navío de la Marina española? Algo así como cuando las autoridades marroquíes o portuguesas nos apresaban un pesquero en aguas internacionales. O como cuando Canadá hizo algo parecido en la llamada guerra del fletán.
Lo cierto es que ahora tendríamos el tesoro en casa. Se estaría litigando acerca de su propiedad, pero el tesoro estaría aquí, en España, y no allende los mares, en Florida. Y en tal tesitura, a litigar se ha dicho, todo lo que nos apeteciera litigar. Mientras, el tesoro en nuestro país y a esperar que la Justica se pronunciara. Seguro que ya no tendríamos prisa y nos daría igual eso de la lentitud de la Justicia.
Lo dicho: el tesoro estaría en casa. La espera sería más plácida. Y: “paciencia piojo que la noche es larga”.
A veces, a nuestro país, en esto de las relaciones internacionales, se le han escapado las mejores.
¿Y por qué será que a los ingleses no?
Y que me perdonen los ingleses por meterlos en este desaguisado.

viernes, 31 de julio de 2009

TUTELADOS

En los tiempos que corren, donde prevalecen los principios de libertad y autonomía, contradictoriamente es cuando se exige mayor tutela al Estado.
Los últimos estudios acerca de los rayos UVA concluyen en que son perjudiciales para la salud. Hasta el punto que su uso puede provocar cáncer de piel.
No sé qué va a ser ahora de toda esa legión de idólatras del cuerpo que lucen espléndidos bronceados en pleno invierno.
Pero eso ahora no me preocupa. Lo que me llama la atención en esta notica que difundió la prensa es que se diga: “Sanidad no va a adoptar medidas contra los UVA a pesar de su máximo riesgo cancerígeno”.
Y me pregunto: ¿por qué la prensa no apela a la responsabilidad de los ciudadanos y lanza ese mensaje velado de que nos lo tienen que dar todo hecho?
Realmente no sé dónde queda la responsabilidad de cada uno de nosotros. De la prensa, incluida. Convertida las más de las veces en órgano portavoz de los partidos políticos. Ni que estuviéramos en el siglo XIX.
Estoy en este momento en la terraza de un restaurante en la costa, escribiendo esta entrada de blog, frente a mí veo a cientos de personas en la playa. Están boca arriba a pleno sol. No acierto a ver desde aquí si se han puesto protección o no. Mi vista está cansada, pero ni aunque fuera la de un lince lo advertiría. Ni me interesa comprobarlo.
La gente sabe que cualquier agresión sobre nuestro cuerpo, por vía cutánea, respiratoria, digestiva o sanguínea, y si me apuran intelectual, es perjudicial.
Bien está que las autoridades estén pendientes de la ciudadanía, que les prevengan de los riesgos, pero no queramos que nos pongan un ángel de la guarda a cada uno. Pienso que somos ‘grandecitos’ para asumir las consecuencias que se derivan de una mala práctica tomando el sol en la playa o los rayos de esos inventos diabólicos, consumiendo drogas, conduciendo un coche o tomando una copa de más.
La irresponsabilidad me subleva. Nos sentimos autosuficientes, pero cada vez exigimos más a las autoridades que nos tutelen.
¡Pues no, mire usted! Sea usted responsable.
Sé que un político sería incapaz de decir esto. Probablemente porque está amordazado por el propio juego político. Una licencia que me puedo permitir en este momento.
Sigo viendo a la gente tomando el sol, y éste pica hoy especialmente. Créanme. Ya sigo al buen recaudo de los toldos de la terraza del restaurante.
Allá cada uno con su responsabilidad.

sábado, 25 de julio de 2009

EL VALOR DE LAS INSTITUCIONES Y LA SALUD DE LA DEMOCRACIA


Las instituciones deben estar por encima de quienes las representan. Constituyen el armazón sobre el que se construye un Estado democrático. Y su existencia está avalada por la soberanía popular.
Sírvannos estas palabras como premisa acerca del valor que las instituciones han de tener hoy día en la España democrática.
A la vista de ello, lo menos que hay que exigir a los que las representan es que estén a la altura de su significación dentro de un Estado de derecho. La salud democrática se mide muchas veces por el funcionamiento de sus instituciones.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) debía haber emitido el correspondiente informe preceptivo sobre el proyecto de ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, que en los últimos meses ha acaparado la atención de la sociedad española.
El voto de su presidente, Carlos Dívar, ha sido determinante para que no prosperase el informe en el Pleno, por lo que el proyecto de ley seguirá el trámite parlamentario sin dicho informe.
El CGPJ tiene entre sus funciones informar desde presupuestos técnico-jurídicos fundados en derecho. Y lamentablemente el señor Dívar se ha dejado llevar por sus posicionamientos ideológicos y/o religiosos.
Confundir las instituciones con nosotros mismos es uno de los riegos que corre la democracia. Y esto es lo que parece que prima en instituciones donde sus miembros, en este caso vocales del Consejo, son incapaces de separar sus ideas políticas o religiosas, mezclándolas a la hora de dirimir el sentido de su voto.
Se sabe que esto puede ser difícil, porque al final somos un todo indivisible, pero en este caso, como entre los jueces y cualquier otra profesión donde la ecuanimidad es un principio básico, hay un factor que debe primar por encima de todo: la profesionalidad. Uno actúa como debe, no como quiere.
Con comportamientos como el del señor Dívar se desvirtúa el funcionamiento de la democracia. A mi juicio, España todavía necesita dar importantes pasos para afianzar su democracia. Le falta camino por andar. Es necesario, por ejemplo, potenciar la laicidad del Estado, se sigue teniendo en algunos sectores sociales una notable confusión entre Iglesia y Estado. Como también es preciso superar prejuicios del pasado, como la controversia en torno a la recuperación de la memoria histórica, donde hay sectores que padecen repentinos salpullidos cuando se habla de este tema o se dice de excavar una fosa. Recordemos que todavía hay quien no ha censurado el régimen franquista.
Todo esto constituye una cuestión de salud democrática. Y considero que aún debemos seguir trabajando por ella en España. Últimamente hemos visto rebrotes muy serios de los sectores más reaccionarios de la sociedad española enarbolando ‘banderas’ que los transportaban a añoradas épocas pasadas.
En la búsqueda de esta buena salud democrática, las instituciones tienen que estar a la altura de lo que se espera de ellas. Y lo ocurrido con el voto del presidente del CGPJ ha sido un golpe bajo a la democracia. No se puede votar desde las creencias personales sino desde la profesionalidad y el rigor técnico-jurídico.
Estamos en un Estado no confesional y democrático de derecho, el que consagra la Constitución. Que no se nos olvide.
Alguien como el señor Dívar, de reconocida y exhibida significación religiosa, sin duda legítima, no puede estar presidiendo una institución democrática que exige ecuanimidad y rigor técnico. En un Estado de derecho la ley está por encima de las ideas religiosas.
Para hacer oposición moral o ética a proyectos de leyes, como éste del aborto, ya está la Conferencia Epicospal. Y dicho sea de paso, en el funcionamiento del Estado de derecho poco tiene que decir. O quizás sí, lo mismo que usted o yo.
Ahora se confirma lo que se barruntó en su momento: la elección de Carlos Dívar como presidente del CGPJ no fue un acierto. Quizás se imponga ya la necesidad, apuntada desde hace tiempo, de elegir los vocales del Consejo con otra fórmula en la que exista menos influencia de los partidos políticos.
La salud de nuestra democracia demanda que las instituciones se rijan por criterios más constitucionales y menos partidistas.

martes, 14 de julio de 2009

DESFALLECER


En los últimos días he pasado por la experiencia de someterme a un ayuno progresivo durante cuarenta y ocho horas. No ha sido por mi gusto. Respondía a la exigencia de una prueba médica. Al mismo tiempo he tenido que tomar una medicación que agravaba aún más el estado de mi organismo, debilitándolo y restándole fuerzas.
Paralelamente en los informativos de televisión del domingo, cuando mi particular travesía en la privación de ingerir alimentos estaba en su ecuador, daban la noticia de que un cayuco llegaba a la isla canaria de El Hierro con un inmigrante fallecido. Las imágenes de los que eran atendidos por miembros de la Guardia Civil y Cruz Roja mostraban a hombres altos, jóvenes y fuertes que a duras penas podían mantenerse erguidos. La inanición, el desgaste físico, el cansancio o la deshidratación los convertían en seres débiles e indefensos.
Sirva esta noticia como botón de muestra de las que a diario ocupan páginas y horarios en los medios de comunicación. Las que dan fe de la trágica travesía del océano y de las hambrunas que asolan grandes áreas del planeta.
La experiencia clínica me ha servido para sentir en mis carnes, a una escala muy inferior, algunos de los efectos físicos que afligen a esos jóvenes que cruzan el océano en busca de una oportunidad para su vida.
Pero no sólo se trata de efectos físicos, los que afectan a la mente son quizás más nocivos. Cuando tu organismo no tiene fuerzas, tu mente se debilita igual.
Te cansas pronto, coordinas peor los movimientos, te invade la apatía, te sientes sin fuerzas para realizar muchos de los gestos cotidianos que hacemos sin esfuerzo: vestirse, subir un escalón, extraer la vajilla del lavaplatos… Desfalleces física y mentalmente.
Al cabo de dos días volví a la normalidad, es decir, a esa vida cómoda donde están cubiertas todas las necesidades.
Mi experiencia obviamente no es comparable al experimento del doctor David Rosenhan con los fingidos enfermos de psiquiátrico. Y mucho menos a la de esos infelices que cruzan el océano y cuyo destino puede ser la repatriación, en el mejor de los casos, y cuando no la muerte. Para ellos, queda lejos la anhelada vida cómoda que les impulsa a subirse en el cayuco.
En estos días de privación de alimento, pero no de agua, de comodidad hogareña, de nulo riesgo, de protección, de placidez… al menos la experiencia me ha dado para reflexionar algo más de lo que habitualmente nos permite nuestra vida tan ajetreada y tan ocupadísima, con tantas ‘cosas importantes’ por solucionar.
Y es que mientras otros luchan cada día por la supervivencia en el estado más primitivo del término: aprovisionarse de algo para llevarse a la boca. Nosotros luchamos por sobrevivir en la sociedad de la opulencia, eso sí, en una carrera por alcanzar todo lo superfluo que se nos antoja vital.
Aquí, lo que les preocupa a los otros, nosotros lo tenemos garantizado. Quizás por eso también lo tenemos menos valorado.

miércoles, 8 de julio de 2009

EN LA CORRUPCIÓN, ¿ES CUESTIÓN DE AGUANTAR?


Entre los juegos acuáticos que proliferan entre los niños está el de retarse a ver quién aguanta más la respiración bajo el agua. O eso al menos era lo que hacíamos nosotros cuando éramos niños y nos bañábamos en la poza de un río o en la piscina Miami.
Hoy, la verdad, es que uno no sabe bien a qué juegan los niños o a qué no juegan. O quizás, sí lo sabe, pero es mejor dejarlo para otro momento de análisis.
Éste es el divertimento al que parece que están abonados últimamente nuestros políticos. Y por lo que estamos viendo, los que más aguantan son los del Partido Popular. Los populares son capaces de aguantar horas y horas, días y días, semanas y semanas y hasta meses y años. Lo que temo es que si en el ambiente hay olores fétidos cuando vuelvan a inspirar se les van a llenar los pulmones de una pestilencia que va a quedar impregnada en su pituitaria durante muchos años.
Del PSOE salieron a las primeras de escándalo el ministro Bermejo o el director del CNI. Se ve que los socialistas aguantan poco la respiración.
Pero todo indica que los del PP son los campeones en aguantar. Con esa trama de Gürtell, ‘correas’, ‘bigotes’, tesoreros, ‘frabas’, trajes por la ‘jeta’ para el curita Camps… aguantan que te aguantan. Tienen una fortaleza de titanes y los pulmones de una sirena.
Y ahora, ahí los tienen ustedes: todos hechos una piña alrededor de Francisco Camps o de Bárcenas. Me parece muy bien que se arrope a un líder político, pero lo que no me parece tan bien es que se haga como respuesta a una investigación judicial con visos de imputación. ¿Es que se pretende hacer una demostración de fuerza para intimidar a alguien?
Lo que espero es que el día que reviente la piña que nos coja a los ciudadanos a buen recaudo, no sea que nos salpique la podredumbre que pudiera haber.
Pregunto, por si acaso estoy despistado: en la corrupción, ¿es cuestión de aguantar?
Muchas veces pienso que los ciudadanos tenemos los políticos que nos merecemos, porque cuando un político es artífice de un caso de corrupción veo a muchos que salen en defensa del susodicho.
Ahora que recuerdo, cuando éramos jóvenes también jugábamos a aguantar el pedo más gordo, incluso lo quemábamos, ¿estarán los populares jugando a algo parecido?
Perdón por el tufillo escatológico que me ha salido hoy.

jueves, 2 de julio de 2009

EL PROFESOR MARCA LA DIFERENCIA


Hubo un tiempo en España en que una nueva pedagogía abrió los ojos del conocimiento a los jóvenes de este país. La II República quiso formar maestros y maestras bajo los principios de una escuela activa basada en la experimentación y el contacto con el conocimiento.
Inspirado en aquella filosofía educativa, tuve ocasión en una visita por razones del cargo que ostentaba entonces, de tener entre mis manos el cuaderno de un maestro republicano. Estaba primorosamente escrito e ilustrado, con dibujos al natural de elementos de la fauna y de la flora del entorno. Aquel cuaderno irradiaba el mejor espíritu de la profesión de maestro y estaba confeccionado con esmero y cariño para a quienes iba dirigido: sus alumnos.
A veces se necesita muy poco para hacer mucho.
Recientemente se ha publicado el informe TALIS (Teaching and Learning International Survey) de la OCDE, un estudio internacional sobre las condiciones de enseñanza y aprendizaje realizado en 23 países, entre ellos, España. Este estudio viene a aportar otra perspectiva acerca de los factores que pueden explicar las diferencias en los resultados de aprendizaje del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA).
En las conclusiones se habla, entre otras, de que cada uno de tres profesores que trabaja en un centro, a juicio del director, tiene falta de cualificación. O que la ausencia de equipamiento adecuado y de apoyo educativo son obstáculos que dificultan una enseñanza eficaz. Se hace también alusión a problemas como el absentismo o la falta de preparación pedagógica del profesorado. Incluso los propios profesores a menudo no se consideran suficientemente preparados para enfrentarse a los desafíos que se les plantean (TIC, heterogeneidad de los grupos clase, atención a alumnado controvertido). Asimismo uno de cada cuatro profesores dice perder al menos un 30 % de su tiempo lectivo por el comportamiento perturbador de los estudiantes o por tareas administrativas.
TALIS destaca que un desarrollo profesional mejor y más orientado a los objetivos constituye uno de los caminos hacia la eficacia.
Pero no olvidemos que hay también muchos profesores que aceptan los desafíos y buscan activamente avanzar en su profesión.
A la sociedad en general y a la Administración educativa en particular cabría decirles: “tenga usted buenos docentes y tendrá garantizada una buena calidad de la educación”.
Estamos convencidos de que el profesor marca la diferencia en la calidad educativa.
La habilidad del profesor es clave para imponer un buen clima de trabajo y la propia disciplina en clase. En un mismo centro hay quien tarda dos minutos en que sus alumnos alcancen buena predisposición para el trabajo; mientras que otros necesitan la mitad del tiempo del horario lectivo, cuando no la totalidad. Algunos ni siquiera lo consiguen.
La organización escolar en España presenta una estructura que resulta inamovible: los alumnos se agrupan por grupos y un profesor se pone al frente del mismo. Con tal organización, el maestro y el profesor adquieren un destacado liderazgo en la mayoría de las tareas que se acometen en el aula. Por tanto, su papel alcanza una inevitable relevancia en la mayoría de los procesos educativos.
“La calidad de la enseñanza de un país no puede ser mayor que la calidad de cada uno de sus profesores”, aseguraba el secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, al presentar el informe TALIS.
Los alumnos suelen variar su comportamiento según el contexto donde se sitúan. Dependiendo de éste, así actúan. El contexto debe estar controlado por el profesor. Lo alumnos no deben imponer sus pautas en los contextos donde trabajan. En todo caso, se les debe dar participación para que aporten mejoras.
Con buenos docentes, el éxito escolar estaría garantizado en nuestro país. Con un buen desarrollo profesional de la práctica docente, también.
Cuidemos a los docentes, formemos a los docentes, exijamos profesionalmente a los docentes. Ellos marcan la diferencia.

jueves, 25 de junio de 2009

EL TORO DE CORIA MUERE SIN DARDOS


No es que yo pretenda plagiar el titular de la noticia de El País. Es que es cierto que este año el toro de Coria no ha sido adornado con acericos. Sólo se le ha dado el tiro de gracia, ése que dicen que es para que no sufra.
Cuando uno escribe –en desacuerdo, se entiende– sobre estas mal llamadas tradiciones le da la sensación de haber caído en la blandenguería. Como si hubiera caído en la lástima por todo: ¡pobrecito toro!, ¡lástima de los cerdos que son degollados en la matanza! Y así todas las ocurrencias que ustedes quieran en esto de matar bichos.
Sin embargo, hay que matar bichos para comer, porque somos seres omnívoros y comemos de todo. Y que me perdonen los vegetarianos.
Lo que no es de recibo, a mi modesto entender, es que nos divirtamos a costa de un bicho. Esto, de entrada, me parece una salvajada. La crueldad como parte de la diversión es un estadio de la evolución humana que debíamos haber superado hace tiempo. Por lo menos desde que nos dio por someter a la razón a todos nuestros juicios. Al menos desde el siglo XVIII.
Enmascarar la crueldad con la tradición es hacer un ejercicio mental donde a buen seguro no ha germinado ninguna de las enseñanzas que hoy se imparten en la escuela. Y esto es peligroso.
Y justificar esta práctica con supuestos factores curativos, sanadores o de demostración de virilidad es caer en la superstición que se combatió en el siglo XVIII.
¿No será que a lo mejor hemos vuelto a un estadio anterior a cuando la razón se impuso como instrumento de pensamiento?
Si con la Ilustración –muchos obispos regalistas lo hicieron– se combatieron prácticas como los disciplinantes en la Semana Santa, por considerarlas supersticiones, ¿cómo ahora se han convertido en atractivos turísticos manifestaciones populares en Semana Santa en que lo común son los empalados o los disciplinantes que se flagelan?
Me preocupa esta justificación, sea por motivos religiosos, turísticos o económicos, que concluye alentando la pervivencia de prácticas supersticiosas. Porque seguramente, siguiendo a Platón, el hombre embrutecido por la superstición llegue a ser el más vil de los hombres.
Estamos destruyendo la base del pensamiento que nos puede hacer libres: pensar por uno mismo. Y esto es peligroso en el mundo que corre: globalización del conocimiento y medios poderosos que llegan con facilidad a millones de personas.
Ahora el toro de Coria ha muerto sin dardos. ¿Habría que interpretar esto como un pequeño paso para salir de la barbarie?
Mucho me temo que el verano no ha hecho más que comenzar.

miércoles, 17 de junio de 2009

MATILDE CANTOS FERNÁNDEZ, SU BIOGRAFIA

Matilde Cantos Fernández (1898-1987) vivió, sintió y anheló a su ciudad: Granada, pero su historia personal la alejó de ella casi siempre por tristes circunstancias. Su vida estuvo marcada por la lucha a favor de la libertad, la emancipación de la mujer, la atención a los demás y el exilio en México. En esta biografía se traza la ajetreada e intensa vida de Matilde Cantos con el horizonte marcado por su compromiso social y político.

Conocí, conviví y admiré a Matilde Cantos y, por razones quizá del azar, me convierto ahora en el autor de su biografía. Para acometer esta empresa he necesitado poner distancia entre los sentimientos personales y el oficio de historiador, apelando en lo posible a la deontología profesional como medio para alcanzar cierto grado de honestidad. He procurado que el personaje no se apoderara de mí –no sé si lo habré conseguido– y terminara convirtiéndome en una marioneta manejada por el ardor de los sentimientos que tanto desfiguran a veces la realidad; de modo que en ese trasiego de hurgar en el devenir histórico de Matilde Cantos se ocultara la veracidad del análisis y cayera en el panegírico.

Convencido de haber conseguido dicha distancia, creo que el personaje ha cobrado su auténtica dimensión histórica, la que le vincula al papel de auténtica protagonista de la gran revolución del siglo XX: la de la mujer. Esa revolución que ha equiparado en derechos, aunque sea en una parte del mundo, al varón y a la mujer, como uno de los mayores logros que han alcanzado las sociedades modernas.


Casi todas las conquistas de la mujer en el siglo XX Matilde las había alcanzado antes de que tuviera que exiliarse. Se independizó como mujer del vínculo matrimonial, fortaleció su pensamiento libre, se emancipó económicamente y sostuvo su independencia el resto de su vida. Todo como consecuencia de una vida marcada por la lucha y la tenacidad de quien tenía fuertes convicciones personales, las mismas que admiró en su heroína predilecta: Mariana Pineda.

Ella fue protagonista de su tiempo porque no se conformó con la sociedad que se encontró al nacer, porque percibió pronto injusticias y desigualdades, y porque quiso transformar la sociedad para que fuera más justa y solidaria. Fue protagonista de muchas de las transformaciones que acontecieron en el mundo de la mujer: abominó de su situación con respecto al varón, de su discriminación social o de su condición de mera espectadora de los cambios sociales y políticos. Alzó la voz no para redimir a nadie, sino para alentar a la emancipación de la mujer por sí misma, a la participación activa de la mujer en su propio cambio, para que ella fuese la protagonista de su liberación.

Para mí, la redacción de esta biografía, aparte de la satisfacción personal, me ha servido para profundizar más, tras más de dos décadas de su muerte, en la persona y la mujer de Matilde Cantos. Realmente ha sido un bonito ejercicio de aproximación al alma femenina desde la perspectiva de un hombre.

***Si estáis interesados en leer la biografía, pinchad sobre la imagen de la portada del libro que queda a la derecha de esta página del blog.

Enlace a la página de Matilde Cantos en Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Matilde_Cantos