martes, 29 de junio de 2010

ME SIENTO UN POCO ESTROPEADO

‘Me siento un poco estropeado’, decía Fariñas en el mes de marzo. ¡Hombre, cómo para no estarlo!
Y es que hay cosas que le hacen a uno hervir la sangre.
Ya parecía que nos habíamos olvidado de este tipo que las imágenes no muestran huesudo y con rostro abotagado, el tal Guillermo Fariñas. Ese que se está dejando morir porque pide la liberación de los presos políticos de las cárceles cubanas. Por lo menos los que están enfermos
Se dice que puede fallecer en cualquier momento. Y mientras el régimen cubano sigue a lo suyo.
En Israel cuando se produce una matanza por parte de su ejército, recordemos la de la ‘flotilla humanitaria’, el comunicado oficial de su gobierno dice siempre que los abatidos son terroristas.
En Cuba, cuando alguien diside, se dice que es un delincuente.
Estoy intuyendo que no me dejarán entrar en Cuba. Es la segunda entrada que hago sobre ese hermoso país, mejor dicho, sobre los que lo gobiernan.
Los comportamientos de estos tienen ya poca credibilidad. La dictadura en Cuba es un hecho, y las dictaduras nos repugnan a los españoles (no sé si a todos) porque padecimos una hasta hace relativamente poco tiempo histórico.
La muerte por ejecución es un asesinato de Estado. Hace unos días un pelotón de fusilamiento en Utah perpetró uno de ellos. La muerte por inanición voluntaria de alguien que reclama justicia y libertad porque no existe es otro asesinato de Estado.
Definitivamente no me dejarán entrar en la isla, al menos mientras los Castro estén en el poder.
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* Guillermo Fariñas abandonaba el 8 de julio la huelga de hambre tras 134 días. 52 presos políticos serán liberados. Orlando Zapata tuvo menos suerte. Nos alegramos de esta grata noticia, aunque la libertad y la democracia todavía están lejos de llegar a Cuba. Que sea pronto.

domingo, 20 de junio de 2010

SARAMAGO

Hace poco más de cuatro meses leí Caín, su última novela, y me pareció que el errar por el mundo del hermano de Abel, como castigo divino, tenía mucho que ver con el trasiego de la obra literaria de su autor, casi de manera obsesiva, en busca de esa verdad y esa justicia perseguida para el ser humano a lo largo de su vida.
Saramago echó la culpa a Dios de muchos de los males del mundo. Es como si hubiera experimentado la reacción del creyente que ante tanta crueldad y dolor que rodea a los hombres acabara pidiendo cuentas a Dios por todos los males que asolan al mundo.
Para Saramago, Dios ha debido existir, pues lo ha perseguido a través de su obra literaria, incluso le ha increpado y demandado.
¿Pero por qué pedirle cuentas a algo que no existe?
¿Acaso porque ese Dios es una parte importante de la naturaleza humana?
¿O porque en ese Dios se encierran muchos de los males del mundo y de la humanidad?
Ahora me asalta otra duda: ¿cuál habrá sido el dios de Saramago?
En mi anterior entrada de este blog recordaba a la figura de Matilde Cantos y su compromiso social y político. Saramago ha sido un hombre y un escritor comprometido. Ha ejercido también durante su vida ese valor humano, tan poco frecuente, que es el compromiso con su tiempo, con la justicia social, con los demás…
Él decía que no escribía para agradar ni tampoco para desagradar, escribía para desasosegar. Probablemente para desasosegar tanto dolor causado por el sufrimiento y la injusticia con que se ha cargado este mundo y que aguijonea sin remisión las conciencias.
También dijo: "Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo". Y el mundo lo construimos nosotros, los humanos. Dios es sólo una excusa.
José Saramago ha muerto casi sin hacer ruido, con esa pose relajada y de hombre tranquilo que siempre llegó hasta nosotros.

*Foto Pedro Walter

jueves, 17 de junio de 2010

MATILDE CANTOS, EL HOMENAJE

La presentación de Matilde Cantos, el compromiso social, su biografía, más que la presentación de un libro se diría que fue un acto de homenaje a Matilde Cantos Fernández (1898-1987).
Un acto cargado de emociones y reconocimiento hacia esta granadina, una condición de origen de la que estaba muy orgullosa y de la que ejerció allí donde estuvo en su dilatada e intensa vida.
Su trayectoria vital la hizo ser protagonista en algunos de los grandes acontecimientos de la historia de España del siglo XX: vida política activa durante la II República y la guerra civil; padeció la crueldad de tener que salir al exilio; vivió exiliada en México durante treinta años; y a su vuelta a España (a su Granada natal) colaboró en la conquista de la democracia y de la autonomía para Andalucía.
Para quienes no la conozcáis os diré que la figura de Matilde representa (según vamos a ir relatando) la lucha de la mujer por su emancipación. Probablemente la gran revolución del siglo XX, como lo había sido la industrial en el siglo XIX, haya sido la revolución de la mujer, la de su emancipación como miembro de la sociedad. Una gran transformación social, con repercusiones en todos los ámbitos, sobre todo en las sociedades occidentales, pues no olvidamos que hoy día queda mucho por hacer en otros puntos del planeta.
La vida personal de Matilde fue un ejemplo de esa emancipación tanto en lo personal como en su aportación a la emancipación de otras mujeres de la sociedad donde vivía. Matilde rompió con muchas convicciones sociales en las primeras décadas del siglo XX que a ella le limitaban sus posibilidades de desarrollo personal. Unas convicciones que establecían para la mujer un papel social muy definido y acotado: esposa sumisa y ama de casa.
La vida de Matilde Cantos es una vida que representa el compromiso, un compromiso entendido en una doble dirección: político y social.
Compromiso político con unas ideas: las del socialismo, las que entroncaban con la mejor pedagogía ‘pablista’ (de Pablo Iglesias). Asimismo, compromiso con la lucha por la libertad.
Y compromiso social, porque trabajó para los demás, para los más desfavorecidos de la sociedad (cuando ella, hija única de una familia de la burguesía granadina, lo tenía todo). En su faceta de trabajadora social desplegó su actividad en la España republicana, durante la guerra civil y, en su etapa de exilio, en México (seguro que muchos ciudadanos de este país la recordarán).
También fue mujer que desarrolló su capacidad intelectual a través de sus escritos. Son muchos los artículos que publicó en las revistas mexicanas Población y Confidencias. Ambas contienen muchos escritos sobre temas sociales y temas de mujer. Hasta el punto que cabría considerar a Matilde como una de las pioneras en los estudios de mujer en nuestro país.
Exiliados como Matilde Cantos coadyuvaron a alcanzar la democracia que ahora disfrutamos. Nos facilitaron la transición a esta democracia porque fueron desprendidos, se sacrificaron en lo personal, y porque con su generosidad y la ausencia de rencor hacia sus verdugos, hacia esos que les empujaron una mañana fría de febrero del 39 fuera de su país para que ya no pudieran volver hasta que la dictadura agonizó pasados treinta, treinta y cinco y hasta cuarenta años, hicieron posible que no volviéramos a la confrontación y a la brutalidad de aquellos años de la guerra civil. Exiliados como Matilde se sacrificaron para que ahora nosotros tengamos un sistema de libertades y derechos que está sustentado sobre las privaciones de muchos. No lo olvidemos y no los olvidemos a ellos.
El acto estuvo amparado por la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada. Sin embargo, la presencia de la delegada tuvo más de presencia de una amiga y alumna de Matilde, a la que le unía y le une el mismo compromiso social, que la de ostentación del cargo de delegada de Gobierno.
Y eso fue bueno para transmitir a los asistentes emociones y sentimientos que de otro modo hubiera sido difícil conseguir desde el formalismo institucional.
En el acto de homenaje a Matilde Cantos estuvieron muchos socialistas y personas de bien que quisieron rendir este modesto homenaje a quien tuvo una vida de compromiso social y político. Porque solo apelando a su condición de ser humano, como ella decía, tenía razones suficientes para ayudar y preocuparse de los demás, de los más necesitados, sin esperar nada a cambio.

Algunas noticias relacionadas con este acto:
http://www.ideal.es/granada/v/20100616/cultura/comprometida-matilde-cantos-20100616.html

sábado, 12 de junio de 2010

¡ES EL MERCADO, ESTÚPIDO!*

‘Es la economía, estúpido’. En esta frase se dice que se encerró gran parte de la derrota de George Bush, padre, en las elecciones de 1992, y aupó al modesto gobernador de Arkansas, Bill Clinton, a la Casa Blanca.
Esa misma construcción gramatical cabría utilizarla ahora para referirnos a una de las claves fundamentales sobre la que gravita el mundo de hoy: ‘es el mercado, estúpido’. No tenerlo presente sería de estúpidos.
La crisis económica en la que estamos sumidos ha desestabilizado economías y gobiernos, y está marcando como nunca las políticas no sólo económicas de los gobiernos.
Los mercados se han convertido en auténticos tótems venerados de la sociedad postmoderna.
Son los dioses de la Grecia clásica y a ellos ofrendamos toda clase de sacrificios (ajustes presupuestarios, rebaja de sueldos, recortes en los gastos…) para calmar su ira. La consigna principal es que es necesario recuperar la confianza de los mercados.
Los gobiernos están perdiendo la batalla, que muy bien puede ser la guerra, si no la han perdido ya. El control de los mercados sería la única solución a los problemas económicos actuales y venideros. Pero esto se me antoja harto difícil.
La impresión más común es que el mercado de hoy día es incontrolable. Los gobiernos se muestran incapaces para intervenir en él, van a remolque, y sólo les queda adoptar medidas que lo satisfagan.
El mercado está globalizado, el poder político no. En esto parece radicar la insalvable diferencia en la toma de decisiones cuando son apremiantes, rápidas y urgentes.
Hace unos días Timothy Garton Ash, catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, decía algo así como que Europa avanza hacia el declive. Según él, la crisis de la eurozona no ha hecho más que empezar.
En todas las disputas y tensiones que ha generado la crisis se ha destacado la responsabilidad de los mercados como parte de la razón teórica, mas todas las miradas se han dirigido al poder político como fundamento de la razón práctica.
No está lejano el espíritu capitalista, y más el que nos ha invadido en los últimos años, de ese amor al lucro que Aristóteles definía en la moral a Eudemo como vergonzoso sentimiento “que arrastra a los hombres a ganar sin respeto a nada y a tomar más en cuenta el provecho que se saca que la vergüenza de que uno puede cubrirse”.
Como ha escrito recientemente Alain Touraine, sociólogo galardonado hace unos días con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, la defensa mundial contra los ataques de especuladores y agitadores obliga a “devolver al trabajo la parte del producto social que le ha quitado el capital”, así como a restablecer el vínculo entre la función financiera y las funciones de producción.
Ahora pensamos que es el turno del poder político, quien debe arbitrar las medidas que conduzcan a humanizar los mercados. Si no le ponemos a estos alguna brida nos la volverán a jugar. Tiempo al tiempo.
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* Este texto ha servido de base para un artículo publicado, con el mismo título, en Ideal, 15 de junio de 2010.

domingo, 6 de junio de 2010

ESTÁN QUEDANDO EN EVIDENCIA

Están quedando en evidencia frente al poder ciudadano.
Los gobiernos políticos del mundo y las organizaciones políticas supranacionales están quedando en evidencia frente al empuje de la ciudadanía del mundo.
Lo que no son capaces de resolver, o acaso no quieran resolver, las potencias internacionales lo van a conseguir un grupo de civiles cuya única arma es la fuerza de la razón humanitaria y la defensa de una libertad no condicionada.
Parece que valen de poco las razones políticas, diplomáticas o geoestratégicas para convencer a Israel que el uso tan desmedido (obsérvese el eufemismo) que está haciendo de la fuerza física y militar, muros inclusive, no le conducirá nunca a preservar esa seguridad tan ansiada que utiliza como argumento. Porque su método tiene como base la violencia, la misma que con semejante torpeza está sembrado por doquier.
La ‘flotilla de la libertad’, un grupo de ciudadanos impulsados por la valentía y el coraje que emana de la rebeldía ante las situaciones injustas que depara Israel en esta parte del mundo, ha propiciado un paso de gigante para impulsar probablemente el desmantelamiento de la represión que ejerce Israel sobre la franja de Gaza.
El episodio perpetrado por la Marina israelí en el Mavi Mármara es un atentado contra la libertad internacional. Su osadía en este caso ha sobrepasado todos los límites, quizá impulsada por la tibieza con que los organismos internacionales condenan sus acciones violentas en esta parte del planeta.
Esta acción militar sobre un barco cargado de civiles y ayuda humanitaria cabría calificarla de un acto de piratería, como el que perpetran los piratas somalíes sobre indefensos pesqueros.
En tal caso, ¿no creen que sería pertinente la intervención de los tribunales de justicia nacionales e internacionales?
Frente a las razones de las armas están las razones humanitarias. ¿Cederá Israel ante la fuerza de la razón y las razones humanitarias?
Por lo pronto, los gobiernos del mundo están perdiendo credibilidad ante el poder ciudadano.
El poder de la ciudadanía frente a la inoperancia que están demostrando los gobiernos los está dejando en evidencia.
Al Mavi Mármara le ha sucedido el Rachel Corrie. ¿Será el principio de la travesía ininterrumpida de una flota en la que nunca se ponga el sol?
Quizá inauguremos el periodo de la talasocracia de los ciudadanos de todo el mundo que no están dispuestos a soportar ni una injusticia más.

miércoles, 2 de junio de 2010

LORCA Y HERNÁNDEZ, POESÍA DE COMPROMISO

‘La Nana de la cebolla’, ‘Oda a Walt Whitman’, ‘Aceituneros’, ‘La casada infiel’, ‘El niño yuntero’, ‘El café de chinitas’, ‘Elegía a su amigo Ramón Sijé’… se escucharon en la voz sonora de los poetas y en la voz docta de los especialistas.
Hasta hemos escuchado la ‘Baladilla de los tres ríos’ en la voz ya quebrada de Alfredo Arrebola buscando la imbricación de la poesía de Lorca y Hernández con el flamenco.
Hemos descubierto a Lorca y a Hernández niños de tierras rurales. Hemos oído las vivencias, las costumbres o las canciones populares que les ayudaron a crecer en el apunte certero, intimista y adornado de Mariluz Escribano Pueo.
Hemos indagado en su poesía más comprometida, la de dos poetas a los que les alcanzó la tragedia, con Remedios Sánchez.
Hemos escuchado en la voz de los poetas la poesía de Lorca y Hernández en la Casa Natal de Federico. Allí han estado Fernando Valverde, Fernando de Villena, Enrique Morón, Dani Rodríguez Moya, Ángeles Mora, Manuel Gahete y José Sarria.
Lorca y Hernández, Hernández y Lorca, una amistad que ha quedado reafirmada después de las intervenciones, desechando el mito de la enemistad entre ambos.
Revoloteó durante todo el congreso la conciencia trágica de Federico hasta que como colofón Juan Carlos Rodríguez blandió el argumento, se agitó en los poemas lorquianos y leyó ‘De otro modo’:

“La hoguera pone al campo de la tarde,
unas astas de ciervo enfurecido.
Todo el valle se tiende. Por sus lomos,
caracolea el vientecillo.

El aire cristaliza bajo el humo.
—Ojo de gato triste y amarillo—.
Yo en mis ojos, paseo por las ramas.
Las ramas se pasean por el río.

Llegan mis cosas esenciales.
Son estribillos de estribillos.
Entre los juncos y la baja tarde,
¡qué raro que me llame Federico!”